Entre la Mona, el Mono Tití y la cruda realidad

OPINION 05/06/2025Redacción El AmbatoRedacción El Ambato

Entre la Mona, el Mono Tití y la cruda realidad

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Mientras se cocina el Poncho 2025 con promesas de fiesta, artistas populares y luces que encandilan, en la calle la cosa viene distinta. Para muchos, que venga la Mona Jiménez o el Mono Tití da más o menos lo mismo: el que quiere va, el que puede también. Pero la preocupación de fondo, esa que no se disfraza con bombos ni folklore, es otra: la situación económica en los hogares está cada vez más apretada, y la plata no alcanza ni para lo básico.

“El Poncho es una fiesta para todos”, dicen por allí y desde siempre. Una especie de anestesia social para frenar la angustia con un par de zambas y empanadas. Y ojo, no está mal buscar un poco de alegría en medio del caos, pero también es cierto que después de diez días de peña y vino, volvemos todos a la misma realidad: la heladera vacía, las boletas en la mesa y el sueldo que no alcanza.

Hace dos años que no piso (firme jeje) el Poncho, no por amargado, sino porque hay otras prioridades. Y porque, la verdad, siento que cada vez está más alejado de la gente común.

El debate no es nuevo: ¿fiesta o gestión? ¿Espectáculo o necesidades? ¿Gasto o inversión? La fiesta va a pasar, como todo. Y en unos años será una anécdota más, con sus luces y sus sombras. Lo que quedará es la sensación de que, una vez más, se intentó tapar con música una realidad que duele en silencio.

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