
Tiempos violentos
Hace más de 30 años el cineasta Quentin Tarantino lanzó una de las películas icono de los años 90, “Pulp Fiction” en ingles, y titulada para los hablantes de la legua española como “Tiempos Violentos”. La historia trata de como dos mafiosos norteamericanos pasan en varias ocasiones de un estado de normalidad y cotidianeidad social a hechos trágicos y sumamente violentos en cuestión de segundos.
Sin dudas, desde el punto de vista hegeliano, este film marca un espíritu de la época, caracterizado por un conjunto de producciones comunicaciones que tendían a promocionar el consumo de la violencia.
Hoy, la sociedad argentina y la política retomó ese clima violento y el debate público parece tener los niveles más banales de toda su historia. En el día de ayer, el catamarqueño Francisco Monti, tuvo un cruce con otro diputado nacional y le dijo “cerra el orto” en medio de la discusión sobre la legalidad o no del DNU que busca aprobar el acuerdo con el FMI.
Da la casualidad que la discusión era encabezada por Oscar Sago, legislador que hace un par de días se trenzó a las piñas en medio de una sesión. Hace poco, lo más relevante de la Asamblea Legislativa no fue el discurso del Presidente Javier Milei, sino la pelea entre el asesor estrella Santiago Caputo y Facundo Manes.
Vivimos y convivimos con estos espectáculos de la clase política, de hecho, ya lo naturalizamos como sociedad. Frecuentemente oímos como nuestro máximo representante de la Nación trata de forma despectiva a músicos, legisladores, periodistas, economistas, encuestadores y muchas otras personas que tienen una visión distinta a la del manda más.
Mientras más morbosa es una noticia, más es publicada por los medios de comunicación. De hecho, en cualquier web local lo que más mide son las policiales. En medio de las vacaciones de verano, en las redes fue tendencia cómo el intendente del departamento Pueyrredón, en el que está la ciudad de Mar del Plata, viralizaba videos de inspectores corriendo a trapitos y gente en situación de calle de forma violenta, con insultos y hasta algunos golpes.
Todos estos ejemplos y miles más denotan que estamos en un Zeitgeis (espíritu de los tiempos en alemán) violento y que el tiempo para las reflexiones no existe. Los políticos no son personas aisladas, son parte de una sociedad y, además, tienen un cierto poder de influencia sobre ella.
Las consecuencias de esta debacle son profundas, en vez de legislar o gestionar, es más importante hoy parecer y generar conflicto. Esto provoca que la calidad de las discusiones dentro del escenario publico sean cada vez más banales y se discutan cosas secundarias en vez, de las importantes.
En fin … Un gallego dijo una vez: si quieres ser el centro de la fiesta, échate un vómito en medio de la pista.
Lautaro Castro Rombolá


No esta viendo lo que esta pasando, prefiere no escuchar , y tampoco dice nada

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